Un poema



Epistolar
Félix Suárez
de En señal del cuerpo

Arroja tus mensajes por los quicios de mi puerta.
Escríbeme que aún vives. Que me amas.
O que me amaste un día
y hoy no soy sino tu ropa sucia,
tu zapatilla escasa.

Escríbeme, por Dios.

Yo guardaré en un libro
cada línea de tu mano,
para que en otros días,
en lentas horas de ceniza y desaliento,
si acaso las reencuentro por ahí,
me alumbren al mirarlas todavía.


Suárez, Félix. En señal del cuerpo. Toluca, México: Editoral Praxis, 1998. p. 53


Comentarios

Entradas populares