De Ayunos: Un Viaje Pagano (Parte 23)

ADHAM ABDEL. —(Se dirige al árbol, como si le escuchara.) Es esto porque aquello no fue. Son estas manos, este pequeño manoseo en mi cabeza, esta latitud, este suspiro. Son esas las palabras, el viento y la playa que debieron ser. Son estos y no otros recuerdos, vagos y tristes. Son estos los trotes del caballo que cabalgas. (Pausa. Saca un libro y un morralito de la bolsa. Continua con un sobresalto.) Te compré un libro, una tacita para que tomaras té; te compré clips para inventar objetos y cortinas; te compré whisky para embriagarnos en la arena mientras me hablas de Baco y hacemos locuras bajo las llamas de una luna, que extrañamente es verde; te compré un saquito y unas perlas. Lavé mis manos para no arruinar tu cabello, para peinarte las cejas. Te compré hojas para hacer un puente sobre el mar. Te traje el globo de mis cuentos, que guardé celosamente bajo la cama. Te armé un poema. Capturé un hada y una luciérnaga y las volví amantes. Nació un puercoespín entre las manos de Ceres, quien le dio el don del nado. El puercoespín comió galletas, a la última le crecieron alas y escapó, escogió tu dirección en el mapa y me dijo que saldría por ti. No ha vuelto. Aún la espero. Te compré un carrete de hilo y semillas de jojoba, me harás un collar y una cuerda para no extraviarme, como Teseo y como Ariadna. Enramé algunas estrellas y las pegué en el muro, donde el dibujo de un árbol canta cuando se oscurecen los veranos (se iluminan las ramas del árbol como si fueran de plata), se extienden sus ramas como dos pequeñas manos que nunca escapan. Tejí una alfombra con el cabello de Penélope, una alfombra para dos viajeros, sobre la cual, al peregrinar, se puede interpretar la complejidad del universo...

(Se ahoga en su diálogo y pausa, se lleva las manos a la cara y grita.)

¡Ay de mí, que ensimismado me encuentro! (Sale.)

(Un niño se asoma por una ventana, que poco a poco empieza a divisarse entre las ramas del árbol en la pared. El suelo se vuelve agua. Un rumor inmenso anuncia la proximidad del sol. La ventana desaparece.)

TELÓN