De Teseos y Ariadnas


Entonces habló. Sólo eres un diccionario viejo, prehistórico, de las primeras impresiones del hombre en torno al amor; sólo me ofreces letras, palabras fáciles que se van enlazando; sólo las sueltas y crees que con ellas construyes naves, navíos en pro de guerra; con tus palabras bordas el hilo con el que pretendes conducir a Teseo hacia una Ariadna insólita, petrificada en el muro; persigues al minotauro en tus ensayos, pero tú mismo eres el minotauro atado a tu vieja tradición de devorar hombres: hacia ti llegarán todos los navíos y todos los Teseos, por ti nacerán todas las Ariadnas y por ti se desilarán muchos señuelos… Calla, finalmente calla, éste es el día más vivo y más muerto, más vivo porque su luz es cálida y más muerto porque el azul de su viento apaga a la tarde y se come nuestras últimas palabras.




Alberto Aradraug

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