Hace tres años

Miércoles, 07 de febrero de 2007
La Paz, Baja California Sur, México

¡Cara de Mapache después de que Carlos Alberto le besó la frente! Me duele el estómago, güey. Hoy me quedé en casa: siguen los temporales de este lado de la República Mexicana. Antes de empezar a escribir esto veía la serie animada de Superman, el episodio se llamó "Monkey Fun": mandaron a un chango al espacio, de nombre Titano. Lo divertido empezó cuando el último dios de Kriptón encontró incrustada en un asteroide la cápsula donde envían al chango. Una vez en la tierra, el chango estaba deprimido, sano pero deprimido; rechazó una banana, ?puedes creerlo¿ (me equivoqué con los signos); unos minutos después apareció Luisa en escena y el pinche chango se puso... dejémoslo en que su estímulo fue positivo... ¡ya me aburrí! Mejor pasemos a los insultos: ¡méndigo infiel! De seguro todos estos días tu gloria ha sido carnal: te has entregado a los placeres mundanos y por demás seductores de la sensualidad toluqueña, ¡sucio! ¿Tienes planes para San Valentín? Espero que me llames o envíes un texto porno... mejor una foto "picosita" de uno de tus amigos... del ojitos, ese güey debió haber sido bombero, ¡ay, papá!... Tengo problemas con los uniformes, a menudo fantaseo con médicos, policías, marinos, mineros, militares, en fin; sólo que el apego sexual es con los bomberos (me pregunto cómo son tus expresiones faciales mientras lees esto). Para ser nuestra primera conversación por un medio "antigüo" (sic) no está del todo mal. Por cierto, hace unos días me sucedió algo macabro: estaba en el baño de la universidad y ¡zaz!, entró un güey con una emergencia sanitaria bárbara, me quedé en silencio y comenzó el "movimiento acústico", olía del carajo. Lo divertido del asunto fue cuando el tipo terminó de evacuar y dijo "¡Chingado, no hay papel!". Me ganó la risa, lo cual hizo que el güey se apenara. Me apresuré a buscar papel y dárselo para salir cuanto antes de ahí. Escucho Motel con "Lejos estamos mejor". Debo irme antes de que la oficina postal cierre, debo lamer timbres postales, mi lengua es sensible, ahora lo es más pues anoche me la quemé por beber apresuradamente un café de crema irlandesa. Te quiero con madres, Alberto, ¡cuídate como nunca!

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