Sueños y Proyecciones

La ficción es un problema de la física. La metafísica, la literatura y la hermeneútica deberían abandonar las esperanzas para poder comprenderla.

Nadie es capaz de capturar el tiempo y el espacio más que los artistas, los pensadores... y los soñadores, quiero decir, los que duermen. Parece que decirlo es sencillo (y quizá estoy en un error), pero las ideas no sólo provienen de las mentes expuestas a una experiencia, sino a un tiempo y un espacio bien delimitados y sumamente poderosos capaces de influir en una persona también específica. Las ideas son íntimas, personales, por ello son las mejores armas que se puede tener, porque quien las posee ha podido capturar ese ese tiempo y ese espacio definidos. También los sueños se manifiestan de este modo: como una pausa reproducible (valga lo contradictorio de la frase) que sólo el soñador es capaz de encerrar en su mente como si de una libélula en un frasco se tratase.

Nadie ha podido detener el tiempo y el espacio, sólo el artista, el pensador y el soñador (en todas sus variantes). Y esa unión perdurará aún tras la muerte, aún cuando todo haya desaparecido. Entonces los sueños como premoniciones son un problema para la física, ya que se trata de una anticipación de los hechos, porque su existencia y tangibilidad sólo necesitan de la espera.

Y de esta forma le contó un sueño que tuvo, donde se le apareció con uno de sus nombres:

–Dime qué soñaste.

–Pues son como pasajes que recuerdo, pero hay una escena que me quedó grabada: yo estaba con un hombre en una galería de arte y conversábamos, ya era noche y sólo habíamos quedado los dos. Poco a poco iban apagando las luces y sólo quedaba la de algunos cuadros. Nos dijeron que ya iban a cerrar y caminamos por un pasillo, iba al lado de ese hombre, que era más alto que yo, no sabía quién era ni miré su cara, pero me tomó de la mano. En el extremo del pasillo se veía cómo pasaba la gente por la calle. Dejé que ese hombre avanzara unos pasos, luego salté a su espalda y me trepé en él. Y le dije "¡no me vayas a soltar, Gery!". Creo que es una proyección de mi susceptibilidad y de tu (próxima) presencia.