Give up the ghost

Hoy perdí todas mis esperanzas. Hoy fue un día bello, pero he perdido la felicidad. No es difícil decirlo, especialmente si sé que nadie va a saberlo. Este espacio sólo es un reflejo personal, es un espejo en donde puedo mirar mis pasos perdidos. He conseguido y he ganado mucho (quizá poco para algunos), pero hace veinte días me perdí. Hoy es ahora o quizá fue hace mucho tiempo, quizá fue hace siglos... el tiempo viene sobre mí como una catarata inmensa que jamás dejará de caer. Temo por mí y me rehúso a hacerlo, temo saber que otra vez estoy inmerso en el mismo abismo al que he llegado dos o tres veces. Temo reconocer la deuda que tengo con el destino, con mi propia fatalidad. Hace veinte días me enamoré y empecé a retroceder en un círculo que ya conocía. No soy feliz, pero quiero serlo, quiero encontrar otra vez mi camino pedregoso con árboles a la orilla, quiero volver a percibirme azul y limpio como antes, cuando desconocía el amor. El que no arriesga no gana, pero yo lo perdí todo, incluso a mí mismo... por un pequeño momento ahí me perdí de todas las formas posibles. Quiero decir que te amo o que al menos te extraño, que mi corazón se mueve al poniente tan lejos como puede porque sabe que allá se coloca tu risa al atardecer; quiero decir que te amo, pero vuelvo a temer que este vaso siga rompiéndose y un día simplemente me vaya a desbordar. No debí salir de esa dulce almohada en la que viví hasta saber de ti, no debí retirar mis pies más allá de donde parecía concluir el mundo, pero me arriesgué, salí a verte, a tocar tu piel de una forma limpia, casi imperceptible. No debí conducir esta sangre presurosa por saber de ti. Hoy no sé de ti, hoy no sé de nada. Despierto para enloquecer suavemente en un mundo que empieza a transparentarse. Siempre quiero saber de ti, ya nunca quiero saber de ti. Es el momento en el que sólo queda un reloj roto en la sala más oscura de la existencia, es el momento en que ya no llega el pajarito de las mañanas para despertar mis pupilas. Es el momento más azul y más negro. Es el momento en el que al decir "te quiero" siento perder mis brazos frágiles con los cuales quise abrazarte todas las  noches de tu vida.

Comentarios

Entradas populares