La Tempestad



Cuando el cielo llora, ¿no está la tierra inundada? Si los vientos se enfurecen, ¿no se convierte la mar en furiosa amenazando al firmamento con su seno inflado? Yo soy la mar, oye la violencia de sus suspiros; mi hija es el firmamento en lágrimas y yo la tierra. Es preciso que el mar se agite con sus suspiros. Es preciso que mi tierra inundada por su continuo llanto se convierta en diluvio.


Mis entrañas no contienen mi desesperación, es necesario que, como el borracho, las vomite.


Es hora de la tempestad, ¿por qué permaneces inmóvil?




Titus Andronicus, William Shakespeare

Comentarios

Entradas populares