SAM FLAUBERT Y EL PUENTE INSERVIBLE
SEGUNDA HISTORIA: SAM FLAUBERT Y EL PUENTE INSERVIBLE
Alberto Aradraug
En 1951, el paleontólogo Gustave Gibson escribió una carta para su amada Rose LaRue, a quien conoció en una expedición en los Andes chilenos en la búsqueda de la llamada Pietra Azzurra. LaRue tenía 27 años, que por entonces era calculada la tercera parte de la vida. Dos años después de ese encuentro fortuito decidieron unir sus vidas bajo la ley del caos, en su visita a la ciudad de Numenor. Gustave Gibson le prometió a Rose LaRue que un día le escribiría un tratado sobre todas las especies vitales del universo, ella le sonrió con la delicada sonrisa de gatito que lo sorprendía y le reveló que en 1917 un niño de 14 años llamado Ernst Max le contó la historia de una criatura acuática que era llamada vulgarmente por los niños "El monstruo de la lluvia". Max lo vio sólo una vez en una tormenta descomunal en el Lake Tahoe, y sabía que su destinó estaba marcado, porque se comentaba que quien lo veía tenía únicamente un destino: construir un objeto inamovible e imperfecto. En 1935 un joven adinerado y soltero de nombre Sam Flaubert inició la construcción un puente sobre el Lago Mayor para el cual utilizó únicamente una extraña aleación de titanio y un metal que sería descubierto y nombrado hasta 1973. Flaubert interrumpió su obra a sólo 14 metros de ser concluida. Nadie sabe lo que aconteció para que se tomaran las decisiones y tres días después del 6 de enero de 1938, tres años después del inició, fueron liquidados todos los trabajadores por un hombre llamado Ernst Max, quien años después publicó obras surrealistas excepcionales entre las cuales se encuentra la llamada "My encounter with a Rain Monster". Una enfermedad hacia que Ernst Max cambiara el orden de algunas palabras, entre ellas su propio nombre. En 1951, Gustave Gibson enterró a su esposa y escribió una carta sentado en la orilla del puente inútil que cruzaba todo el Gran Lago, en el bolsillo izquierdo de su saco había dos boletos para la inauguración de la exposición de Ernst Max.
Alberto Aradraug
En 1951, el paleontólogo Gustave Gibson escribió una carta para su amada Rose LaRue, a quien conoció en una expedición en los Andes chilenos en la búsqueda de la llamada Pietra Azzurra. LaRue tenía 27 años, que por entonces era calculada la tercera parte de la vida. Dos años después de ese encuentro fortuito decidieron unir sus vidas bajo la ley del caos, en su visita a la ciudad de Numenor. Gustave Gibson le prometió a Rose LaRue que un día le escribiría un tratado sobre todas las especies vitales del universo, ella le sonrió con la delicada sonrisa de gatito que lo sorprendía y le reveló que en 1917 un niño de 14 años llamado Ernst Max le contó la historia de una criatura acuática que era llamada vulgarmente por los niños "El monstruo de la lluvia". Max lo vio sólo una vez en una tormenta descomunal en el Lake Tahoe, y sabía que su destinó estaba marcado, porque se comentaba que quien lo veía tenía únicamente un destino: construir un objeto inamovible e imperfecto. En 1935 un joven adinerado y soltero de nombre Sam Flaubert inició la construcción un puente sobre el Lago Mayor para el cual utilizó únicamente una extraña aleación de titanio y un metal que sería descubierto y nombrado hasta 1973. Flaubert interrumpió su obra a sólo 14 metros de ser concluida. Nadie sabe lo que aconteció para que se tomaran las decisiones y tres días después del 6 de enero de 1938, tres años después del inició, fueron liquidados todos los trabajadores por un hombre llamado Ernst Max, quien años después publicó obras surrealistas excepcionales entre las cuales se encuentra la llamada "My encounter with a Rain Monster". Una enfermedad hacia que Ernst Max cambiara el orden de algunas palabras, entre ellas su propio nombre. En 1951, Gustave Gibson enterró a su esposa y escribió una carta sentado en la orilla del puente inútil que cruzaba todo el Gran Lago, en el bolsillo izquierdo de su saco había dos boletos para la inauguración de la exposición de Ernst Max.
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