Soy una libélula asteroide
A veces me desdoblo. A veces soy muchos en un sólo momento. A veces soy mi propia guerra en donde batallan todos lo que soy. Muchas veces soy una constelación de todos los que fui, soy y seré. Muchas veces soy uno o la mitad de uno, la sombra o el mal deseo de uno. Muchas veces pretendo no estar, pero otro viene a tomar el lugar de quien finalmente vuelvo a ser. Soy una constante espiral que simplemente continúa desenvolviendo su camino. Hoy se recuperan todos los que soy. Hoy sanan algunos que se dicen llamar Alberto y perecen otros que también dicen llamarse Alberto. Mi corazón está muy abierto, muy expuesto a un mar de extraordinarios seres que vienen a contemplar mi amanecer. Desearía darle nombre a todas esas criaturas y a sendos universos de donde proceden. Algunas llegan con un regalito envuelto en una hoja de un metal que se disuelve constantemente; otras colocan un ramo de espinas entre mis dedos extrañamente pálidos y celebran bebiendo de mi sangre. Yo sólo siento gratitud, yo sólo percibo que vienen y me ungen con la corona más preciosa otorgada a alguien.
A veces soy tantos que no puedo contener sus risas o sus llantos inconsolables. A veces soy tantos que no puedo curarle a todos los sufrimientos que se expanden como una constelación palpitante. Hoy quizá sólo hay uno en mí, el primero, el que regresa cada ciclo para reconocer que el desdoblamiento sólo es una hoja blanca que vuelve a ser escrita como si se tratase de un amanecer. Hoy soy un amanecer. Hoy soy un ojo de agua. Hoy soy un huevo blanco colocado en la canasta del porvenir en espera de que el dios de las laceraciones evada mi presencia. Hoy soy un espejo suave colocado sobre el mar para reflejar las infinitas aguas de la purificación. Hoy soy el Fénix azul que arde entre suaves hojuelas de un fuego ancestral.
A veces digo que soy uno, pero al voltear percibo un valle de espejos que repite mi figura a voluntad. A veces soy tan gris que soy confundido con un elefante recostado bajo un árbol en una sabana que no se agota bajo la voluntad del sol. A veces soy tan blanco que puedo ser llamado sol, dios. A veces soy tan oscuro como una braza maléfica que no perece con la única intención de dañar, pero no daña: se expande para recortarse de la mirada la intensa luz que ciega los adioses.
Me felicito por permanecer en el universo y por no perder el sentido de integración que muchos olvidan. Me felicito por mantener vivos los poros con los cuales sigo conectado con el deseo y la acción. Elevo todas mis plegarias y mis gratitudes. Regreso a mi primer estado a través del recuerdo, pero continúo como una libélula asteroide, errante y esperanzada en no modificar mucho la trayectoria para colapsar en el punto al que deseo llegar.
¡Felicidades, Beto!
A veces soy tantos que no puedo contener sus risas o sus llantos inconsolables. A veces soy tantos que no puedo curarle a todos los sufrimientos que se expanden como una constelación palpitante. Hoy quizá sólo hay uno en mí, el primero, el que regresa cada ciclo para reconocer que el desdoblamiento sólo es una hoja blanca que vuelve a ser escrita como si se tratase de un amanecer. Hoy soy un amanecer. Hoy soy un ojo de agua. Hoy soy un huevo blanco colocado en la canasta del porvenir en espera de que el dios de las laceraciones evada mi presencia. Hoy soy un espejo suave colocado sobre el mar para reflejar las infinitas aguas de la purificación. Hoy soy el Fénix azul que arde entre suaves hojuelas de un fuego ancestral.
A veces digo que soy uno, pero al voltear percibo un valle de espejos que repite mi figura a voluntad. A veces soy tan gris que soy confundido con un elefante recostado bajo un árbol en una sabana que no se agota bajo la voluntad del sol. A veces soy tan blanco que puedo ser llamado sol, dios. A veces soy tan oscuro como una braza maléfica que no perece con la única intención de dañar, pero no daña: se expande para recortarse de la mirada la intensa luz que ciega los adioses.
Me felicito por permanecer en el universo y por no perder el sentido de integración que muchos olvidan. Me felicito por mantener vivos los poros con los cuales sigo conectado con el deseo y la acción. Elevo todas mis plegarias y mis gratitudes. Regreso a mi primer estado a través del recuerdo, pero continúo como una libélula asteroide, errante y esperanzada en no modificar mucho la trayectoria para colapsar en el punto al que deseo llegar.
¡Felicidades, Beto!
Past In Present
Feist
The scarlet letter isn't black
Gotta know who's got your back
Because they're right in front of you
Because they're telling you the truth
So much present inside my present
Inside my present so...so much past
Inside my present inside my past
Inside my present
So, so
Feeling it from dark to bright
When a wrong becomes a right
When a mountain fills with light
It's a volcano, it's a volcano
It's a volcano, it's a volcano
So much present, inside my present
Inside my present
So, so much past
Inside my present, inside my present
Inside my present
So, so much past
Inside my present
Inside my present...
So, so much past.
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